
Todavía puedo sentir tu mirada. Posada en mi. Aquellos ojos repletos de un amor tan inmenso como el océano. La mirada más limpia que conozco. Los ojos más dulces que me han mirado. Todavía puedo sentir el universo que ocultabas bajo aquellas dos lunas que iluminaban hasta la más oscura de mis habitaciones.
Todavía puedo sentirte. En cada paso dado. Cada palabra dicha. Cada secreto oculto. Todavía puedo sentirte. En cada canción. En el viento. En mi piel. En los gestos de mi cara. En el mar. En lo más hondo de mi alma.
No estás y te veo. No me hablas y te siento. No volverás... y te quiero.
Todavía puedo sentirte. Puedo sentir tu amor. Amor que con todo y con nada, nunca acaba.