Dear soul:

Lo hiciste, sí, lo hiciste. Todo aquello que creías imposible conseguir hasta dentro de mil décadas, comenzaste a hacerlo con tan sólo 16 años. Has pasado los días, las horas, los minutos y los segundos en una pompa inaccesible para el resto de las personas excepto para quien tú elegiste. Te burlaste del mundo, lograste cosas en las que mucha gente no cree, llegaste a rozar el cielo con los dedos; nada de lo que hacías tenía lógica para las personas y no podías imaginar un mundo que no fuese ese en el que te encontrabas. Sentiste, sentiste todo y nada, cada silencio era perfectamente eterno y cada respiración no era otra cosa que el fiel reflejo de lo que te estaba ocurriendo...
Pero no te quedaste ahí y quisiste más, fuiste más allá, intentaste hacer eterno cada momento hasta el punto de alargarlo para el resto de tu vida. Quisiste meter tu mundo entero en aquella pompa, tu pasado, tu presente y tu futuro. Hasta que terminaste por olvidarlo, por olvidar todos esos segundos que te hacían feliz porque los pasabas planeando cosas nuevas, perdiste millones de momentos que te parecían poco comparado con lo que estaba por llegar y no sólo perdiste eso, sino que perdiste absolutamente todo.
¿Y ahora qué?, ahora solo te das cuenta de que te has equivocado. Y echas de menos todos aquellos instantes que no dejaste que sucedieran, echas de menos cosas que ni siquiera hiciste...no sabes ni qué dirección tomar. Estás completamente perdida, intentas mirar el ahora pero no puedes evitar echar de menos el pasado y preguntarte qué ocurrirá con tu futuro.
Pero no tienes que tener miedo, no debes temer a nada y sobretodo debes dejar de preguntarte cosas que nadie puede responderte. Has de ser tú misma, cuidarte, quererte y no esperar que alguien más lo haga por ti. Por algún motivo que desconoces la vida te ha puesto donde estás, algo o alguien ha decidido que es tu momento y el de nadie más.
Aprovéchalo, vívelo y exprímelo hasta que no te dejes nada por el camino y después.. quién sabe...Lo echarás de menos, claro que lo harás, todo tu cuerpo lo hará. Y si no te equivocaste del todo y aquella pompa resulta ser tu pompa, volverás a entrar en ella. Eso sí, limpia, sana y radiante.