miércoles, 23 de noviembre de 2011

She got the power to be, the power to give, the power to see.


Ella camina por la calle, con paso firme, mirada altiva, al ritmo de la música y la cabeza llena de sueños. No tiene rumbo fijo, lo hace por instinto, empujada por algo más fuerte que su propia barrera. Y no descansa, se detiene a ratos, echa un vistazo alrededor, se para a observar detenidamente algo, pero sin perder el ritmo. Se ve reflejada en los escaparates, algunas veces con menos claridad que otras, pero sin dejar de sentir el reflejo de su ropa, su sonrisa, su pelo. Nadie la saluda pero todos la miran, cómo no hacerlo si, a pesar de estar en silencio, va gritando su nombre al viento. Ella es el verbo poder, querer, sentir, amar, lograr, ganar, perder, luchar...ser. Es todos los adjetivos bonitos y algunos de los feos. Porque, como todos, se equivoca, a veces cruza de acera sin mirar, o mete el pie en un charco, o se choca contra un muro por tener la vista siempre en el cielo. El cielo, su objetivo, su infierno; todo lo que siempre ha querido y a la vez todo lo que le da miedo. Ella es la caja de Pandora, el  trago de agua en pleno desierto, la primera hoja verde de la primavera, representa todo lo misterioso y todo lo bello. Tiene coraje y tiene miedo. Tiene sonrisas y lágrimas. Tiene mucha ropa y poco espacio. Tiene los pies en la tierra y la mirada en el cielo. Es de todos y a la vez de nadie, siempre tiende a volar salvaje, no tiene dueño, para que te pertenezca tienes que dejarla libre, solo así tendrás un trocito de su pensamiento. Es una trotamundos, un torbellino, un huracán, la tormenta perfecta. Llegará y hará el caos del orden, no dejará nada en su sitio. Porque su cara es el mapa del mundo. Sus ojos una puerta a sus secretos. Su pelo el fiel reflejo de su rebeldía. Su sonrisa, lo que en ella queda de niña. Ella camina, corre, vuela...solo quiere el mundo a sus pies. Y ya lo tiene, lo tiene desde el primer día.

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