La teoría de la correlación de Orión nos cuenta la extraña coincidencia que se produce entre las tres pirámides de Guiza cuya alineación es exacta al cinturón de Orión. Y como toda teoría, tiene sus críticas, pues pasado un tiempo se inició el debate sobre si esa alineación era exacta o difería en ángulo de forma tan leve que casi fuese imperceptible. Una cosa es clara, 2 de esos 3 puntos en discordia si estaban alineados. Y es que, por todos es sabido que, para trazar una línea recta, como mínimo necesitamos 2 puntos, el de partida y el final. Lo que me lleva a una curiosa teoría: el número 1 no tiene cabida en este mundo.
Ortega y Gasset dedicó todo un libro al estudio del término "sociedad" qué implicaba ser un animal social y qué era exactamente ese término al que aparentemente todo le debíamos. Dejaba claro que primero estaba la conciencia del "ser" es decir, mirarnos a un espejo y ser capaz de reconocernos a nosotros mismos. Pero para eso ya era necesario el reflejo del espejo, o la piedra que me permite diferenciarme de ella. Y es entonces cuando entra en juego el "otro". Ese con el que vamos a compararnos desde que tenemos conciencia de su existencia en adelante. Ese que permitirá que interactuemos con él. Ese que, junto a mi, dará pie al "nos" y posteriormente a la sociedad. Porque para llegar a ésta es necesario el 1, pero son imprescindibles 2.
Cuando naces, eres de tu madre y no solo por una cuestión de pertenencia si no de dependencia. A medida que vas creciendo irás suplantando esa necesidad ajena por otras nuevas que te irán surgiendo. Te quitarán el chupete y serás al muñeco y así sucesivamente... hasta que te presentan al mundo. Ya sea en la guardería o en el colegio ya nunca más serás uno solo. Y si lo eres estarás incompleto. Aquí nace el término favorito de los niños (de algunos a día de hoy lo sigue siendo): "Mejor Amigo". El M.A será tu identidad, lo que dirá quién eres respecto a los demás. Merendaréis juntos, dormiréis juntos, pasaréis los recreos juntos y si, puede que en todas esas actividades seáis más de dos personas, pero a la hora de una excursión, al pensar en los 2 asientos, sabrás de sobra quién es tu compañero. Y funcionará como con la teoría del chupete, unos irán y otros vendrán. Normalmente cambiarás de M.A. cada curso (si no es cada semana) pero siempre con el alma gemela en el asiento de al lado.
Pero por desgracia creces. Y es ahí cuando empezarás a escuchar, como si de una leyenda se tratase, mil y una historias sobre la M.N. (Media Naranja). Y la habrás cagado. Porque consciente o no todos tus sentidos irán a la caza día tras día buscando eso que alguien un día dijo que nos completaba. Ya no querrás estar solo. Empezará con el primer beso y terminará...quién sabe dónde terminará. Y caerás, no una, si no 2000 veces. Y es ahí cuando empezarás a escuchar otra gran leyenda, la del "Yo solo me basto y me sobro". Adiós a tu madre, al chupete, al M.A, al M.N y a la madre de todos ellos. Algo que resumirás brillantemente con 2 letras escarlata en tu frente que marquen F.A (forever alone). Una lástima que hasta para eso hagan falta 2 siglas.
Hasta que caes en la cuenta. Que una película en el cine se disfruta mejor con palomitas para 2. Que un coche puede tener 5 plazas pero como piloto siempre querrás un copiloto a tu lado cantando a pleno pulmón. Que las barcas del Retiro se reman difícilmente en solitario. Que toda tu teoría necesita una crítica. Que las camas individuales son más incomodas que las matrimoniales y estas últimas fueron pensadas para el dúo. Que los taxis salen más baratos si se pagan a "pachas". Que Adán necesitó una Eva, Sherlock un Watson, el Ying su Yang, la guerra su rival....y que después de todo, sentarte en la mesa de las parejas en una boda, de la mano de alguien, puede que no esté tan mal.
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