miércoles, 22 de febrero de 2012

Moon river and Me.

- ¿Qué es lo que más admiras de lo que te rodea?
- Supongo que la Luna.
- ¿La Luna? ¿En serio?
- Si. Primero porque implica la noche, y a mi todo lo que sea nocturno me tira. Pero es algo que va mucho más allá de eso. Nunca es la misma, se permite el lujo de salir cada noche del mes de una forma diferente, como si nunca llevase los mismos zapatos. Y no contenta con eso hay un día que brilla más que todos. Porque es coqueta y también le gusta lucirse de vez en cuando. Sale todas y cada una de las noches de su vida. No es lo mismo salir de día que todo el mundo te acompaña a hacerlo cuando la ciudad entera duerme. Siempre está ahí. Incluso cuando el cielo está completamente nublado te llega su luz. Hay que valer de verdad para lograr traspasar con tanta intensidad cualquier muro, incluso un manto de nubes. Podrás oír que un día no hace sol, pero nunca oirás que no hay Luna. Me gusta porque no está sola. Lo parece, pero al fin y al cabo vive rodeada de estrellas. No busca el monopolio del cielo. Te permite mirarla. Puedes pasar horas teniendo toda tu atención puesta en su luz que no te cegará nunca. Y eso hace que una a las personas. Podéis estar mirando al mismo lugar en el mismo instante desde sitios totalmente diferentes. Pero, sin lugar a dudas, lo que más me fascina es su misterio. Tiene una cara oculta. No porque la esconda. Se muestra tal y como es pero hay rasgos de ella que nadie conoce. Todos tenemos un secreto bajo llave en el ático del alma, incluso la Luna. Supongo, que en cierto modo, siempre he querido parecerme a ella y eso me basta para admirarla.

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